Esta columna radiofónica, estrenada con el bautizo de «La Columnilla» por Carmen Abenza en su programa de radio en Canal Málaga, es la adaptación de Buenos Días. Dale a play:
Yo mamé el instinto periodístico en mi casa. ¿Qué digo en mi casa? En mi pueblo. Allí todavía existe el oficio de la vieja al visillo. Chafardean. Madrugan. Y madrugan para chafardear. Mis primeras prácticas las hice allí. En la panadería de mi padre. Donde las rondas informativas rondan en tiempo y forma. Tí, tí, tííí… A la ocho, la primera. El difunto y el cornudo. Qué disfruto yo del culillo del café. Y es que por la mañana o por la tarde yo siempre he sido más de culo. Pero de lo que realmente siempre he sido es de dar los buenos días. Otro oficio que sigue sin perderse en los pueblos. Excepto por aquellos que se niegan a ejercerlo. ¿Pero qué hay mejor que dar los buenos días? Ofrecer los buenos días debería venir en los libros de autoayuda y en todas las recetas médicas. En grandes dosis. Por favor, levanten la mirada del móvil, ¡hombre ya! Buenos días.